29.9.10
28.9.10
Patti al horno
Expresa :
"eL teRcO"
21.9.10
Entrevista exclusiva a Gustavo Olmedo
Expresa :
"eL teRcO"
“El principal problema de la industria es que no hay gente que sepa de música tomando decisiones al respecto”
El autor de “El circo del Rock” y conductor de Apagá la Tele y de Tiempos Violentos (Rock&Pop FM 95.9) nos recibió en uno de los estudios de la radio para hablar de sus proyectos, la crisis de la música, los medios de comunicación y su obsesión compulsiva.
18.9.10
Ni ángel ni demonio
Expresa :
"eL teRcO"
D10S17-09-2010
(Gentileza de Olé) El ex DT de la Selección colaborará con el pueblo chino para recaudar fondos que serán destinados a la construcción de hospitales y a ayudar a las personas enfermas de cáncer.
Según indicó el agente de Maradona en China, Tang Qinghui, el ex DT de la Selección Argentina viajará a ese país en noviembre y realizará un acto de beneficencia, destinado a las personas de bajos recursos que sufren cáncer en el país asiático. (Leer la nota entera)
Según indicó el agente de Maradona en China, Tang Qinghui, el ex DT de la Selección Argentina viajará a ese país en noviembre y realizará un acto de beneficencia, destinado a las personas de bajos recursos que sufren cáncer en el país asiático. (Leer la nota entera)
El hombre
2.9.10
Es verdad que nos mienten
Expresa :
"eL teRcO"
“Te lo juro por mi vieja. En serio, creéme. No, no te estoy mintiendo, necesito que confíes en mi palabra! ¿Tan difícil te resulta? ¿Qué tengo que hacer para que me creas?”
El ruego por obtener la credibilidad del otro podría extenderse hasta el cansancio y, probablemente, lo máximo que podamos conseguir es que éste tome con pinzas nuestras palabras. ¿Cuándo cambió todo? ¿Desde qué momento la palabra fue bastardeada al punto de que quien confía en ella es tildado de ingenuo? ¿Hay forma de doblegar esta costumbre de sospechar de todo y de todos?
La definición más periodística sobre “la verdad” la define como una respuesta lógica, siendo el resultado de examinar todos los hechos y los datos. Una conclusión que se basa en evidencia no influida por deseos, autoridades o prejuicios. Un hecho que no se puede evadir.
Nuestro contexto nos ubica en Argentina, siglo XXI. Un país tan singular como interesante ubicado al sur del mundo, por el que desfilaron personas y personajes que inevitablemente influyeron en nuestras personalidades.
Un país en donde se derribó el mito de que los borrachos dicen la verdad cuando le creímos a un militar alcohólico e inescrupuloso que nos dijo que estábamos ganando la guerra de Malvinas, mientras nuestros jóvenes e inexpertos soldados caían muertos como moscas, sin ninguna chance de defenderse.
Un país en donde un sacerdote con cara de buen tipo, hace unos años estaba a cargo de un hogar que daba refugio y comida a cientos de pibes de la calle, pero hoy está acusado (y declarado culpable en primera instancia) de haber abusado sexualmente de 17 chicos que confiaron en su palabra.
Un país en donde el presidente de la década de los 90 prometió la construcción de una plataforma en donde naves espaciales iban a poder salir de la atmósfera, y que de ahí íbamos a poder elegir el destino que se nos antojara, de tal forma que en una hora y media podíamos estar en China si así lo hubiésemos querido.
Ok, es verdad, basándonos en este tipo de ejemplos inevitablemente debimos convertirnos en animales desconfiados. Nos acostumbramos a que así debe ser, como un acto de defensa. Construimos una muralla de sospechas para prevenir una posible y engañosa esperanza sostenida sobre un castillo de naipes. ¿Te parece lo normal? ¿Te gusta que así sea?
El ruego por obtener la credibilidad del otro podría extenderse hasta el cansancio y, probablemente, lo máximo que podamos conseguir es que éste tome con pinzas nuestras palabras. ¿Cuándo cambió todo? ¿Desde qué momento la palabra fue bastardeada al punto de que quien confía en ella es tildado de ingenuo? ¿Hay forma de doblegar esta costumbre de sospechar de todo y de todos?
La definición más periodística sobre “la verdad” la define como una respuesta lógica, siendo el resultado de examinar todos los hechos y los datos. Una conclusión que se basa en evidencia no influida por deseos, autoridades o prejuicios. Un hecho que no se puede evadir.
Nuestro contexto nos ubica en Argentina, siglo XXI. Un país tan singular como interesante ubicado al sur del mundo, por el que desfilaron personas y personajes que inevitablemente influyeron en nuestras personalidades.
Un país en donde se derribó el mito de que los borrachos dicen la verdad cuando le creímos a un militar alcohólico e inescrupuloso que nos dijo que estábamos ganando la guerra de Malvinas, mientras nuestros jóvenes e inexpertos soldados caían muertos como moscas, sin ninguna chance de defenderse.
Un país en donde un sacerdote con cara de buen tipo, hace unos años estaba a cargo de un hogar que daba refugio y comida a cientos de pibes de la calle, pero hoy está acusado (y declarado culpable en primera instancia) de haber abusado sexualmente de 17 chicos que confiaron en su palabra.
Un país en donde el presidente de la década de los 90 prometió la construcción de una plataforma en donde naves espaciales iban a poder salir de la atmósfera, y que de ahí íbamos a poder elegir el destino que se nos antojara, de tal forma que en una hora y media podíamos estar en China si así lo hubiésemos querido.
Ok, es verdad, basándonos en este tipo de ejemplos inevitablemente debimos convertirnos en animales desconfiados. Nos acostumbramos a que así debe ser, como un acto de defensa. Construimos una muralla de sospechas para prevenir una posible y engañosa esperanza sostenida sobre un castillo de naipes. ¿Te parece lo normal? ¿Te gusta que así sea?
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